3/7/08

algunos fragmentos....

... la idea de este espacio no es sólo de difusión de las actividades sino tambien de trasmisión de algunas ideas, teorias, pensamientos que se relacionan con la propuesta del taller y de la cosmovisión del cuerpo y el movimiento que lo sustenta ...

aqui van algunos fragmentos de la Introducción del texto

"Imagen y apariencia del cuerpo humano. Estudios sobre las energías constructivas de la psique" de Paul Schilder.

Por imagen del cuerpo humano entendemos aquella representación que nos formamos mentalmente de nuestro propio cuerpo, es decir, la forma en que éste se nos aparece. ¿Cómo se integra esta imagen? Disponemos de ciertas sensaciones; vemos algunas partes de la superficie corporal; tenemos impresiones táctiles, térmicas, de dolor, etc; recibimos sensaciones que provienen de los músculos; sensaciones provenientes de la inervación de los músculos (sentido energético); y sensaciones provenientes de las vísceras.
Imagen del cuerpo como imagen tridimensional que todo el mundo tiene de si mismx. Termino que indica que aunque esta imagen proviene de los sentidos, no es una mera percepción. Hay vinculación con las impresiones pasadas. Es decir que la sensación definitiva de posición o de localización surge en la conciencia cargada de la relación con algo ocurrido anteriormente. Todo cambio reconocible ingresa en la conciencia llevando ya la carga de su relación con algo ocurrido anteriormente.
Mediante perpetuas alteraciones de la posición construimos constantemente un modelo postural de nosotrxs mismxs, sujeto a continuos cambios. Cada postura o movimiento nuevo queda registrado sobre un esquema plástico, y la actividad de la corteza pone a cada nuevo grupo de sensaciones provocadas por la alteración de la postura, en relación con aquel. Tan pronto como se completa esta relación, sigue el reconocimiento postural inmediato.
Gracias a la existencia de estos esquemas podemos proyectar nuestro reconocimiento de la postura, movimiento y localización más allá de los límites de nuestros propios cuerpos, hasta el extremo de cualquier instrumento que tengamos en la mano. Como manipulación de cubiertos para comer, o cualquier ejemplo de relación con objetos.

Preguntas que dispara el trabajo del autor: ¿en que formas determinamos la localización de nuestras sensaciones? ¿Cómo relacionamos la impresión aislada con este todo, con esta unidad que es nuestro cuerpo?

Ante todo nuestro estudio se ciñe a la imagen corporal y se ubica en el lado de nuestra vida psíquica correspondiente a las impresiones. Pero no hay ninguna impresión desprovista de dirección y que no encuentre, al mismo tiempo, una expresión. No hay percepción sin acciones. Toda impresión lleva consigo impulsos eferentes. Más aun: la impresión y la expresión forman una unidad definida cuyas partes sólo pueden separarse mediante un análisis artificial. ¿Cuál es la relación entre el modelo postural y la acción?

Las percepciones solo se forman sobre la base de la motilidad y sus impulsos. Cabe esperar, por lo tanto, que los cambios operados en la motilidad -en el sentido más amplio del término- ejerzan una influencia determinante sobre la estructura del modelo postural.
Al estudiar la imagen corporal, debemos encarar el problema psicológico central de la relación que guardan las impresiones de nuestros sentidos con nuestros movimientos y la motilidad en general. Cuando percibimos o imaginamos un objeto, o cuando construimos la percepción de un objeto, no actuamos como un mero aparato receptor. Siempre existe una personalidad que experimenta la percepción. La percepción es siempre nuestro modo de percibir.
Somos en otras palabras, seres emocionales, personalidades. Y la personalidad es un sistema de acciones y tendencias a la acción. Debemos esperar entonces intensas emociones con respecto a nuestro propio cuerpo.

El modelo postural del cuerpo se halla en perpetua autoconstrucción y autodestrucción. Es una cosa viva, en incesante diferenciación e integración.
El modelo postural de nuestro cuerpo se halla relacionado con el modelo postural de lxs demás. Experimentamos nuestra imagen corporal y la de los cuerpos de lxs otrxs en un íntimo entrelazamiento. Así como nuestras emociones y acciones son inseparables de la imagen corporal del mismo modo, las emociones y acciones de los demás son inseparables de sus cuerpos. La comunidad de imágenes corporales se halla en la base de toda función social.

La gimnasia, la danza y los movimientos expresivos

Así como dijimos que uno de los motivos de la transformación y del recubrimiento con el vestido es el deseo de superar la rigidez de la imagen corporal, la danza puede ser considerada desde un punto de vista semejante.
La tensión y relajación de los músculos que mueven el cuerpo a favor y en contra de la gravedad, a favor y en contra de los impulsos centrífugos, pueden ejercer una enorme influencia sobre la imagen corporal. El fenómeno de la danza es pues un aflojamiento y alteración de la imagen corporal. No cabe ninguna duda que este aflojamiento acarrea consigo una actitud psíquica determinada. El movimiento influye, así, sobre la imagen corporal y lleva de un cambio en la imagen del cuerpo a otro cambio en la actitud psíquica.
Arribamos ahora al problema de los movimientos expresivos y su relación con el modelo postural del cuerpo. Todo cambio operado en la actitud psíquica provoca otro cambio en la situación dinámica total, que se experimenta como una modificación en la tensión muscular, bajo la forma de un tirón, un esfuerzo o un aflojamiento. La tensión y el relajamiento son los componentes elementales de la secuencia dinámica. Cuando existe una secuencia motriz específica, modifica la situación y actitudes internas, llegando a provocar, incluso, una situación imaginaria que se adapta a la sucesión muscular.
Es la constante construcción de una forma lo que se disuelve de inmediato y se construye otra vez.
En este incesante proceso no hay nada automático. Hay emociones que influyen sobre él; hay tendencias activas del juego; hay motivos instintivos y voluntarios para reconstruir y destruir incesantemente bajo la guía de objetivos últimos de la personalidad y del organismo en su totalidad; hay una necesidad interna de escapar de cada cristalización definitiva con sus consiguientes limitaciones.
Toda emoción se relaciona con movimientos expresivos. Pro lo tanto, toda emoción altera la imagen corporal. Cuando sentimos odio el cuerpo se contrae, se torna más firme y los contornos que lo separan del mundo se hacen más netos. En cambio, cuando experimentamos afecto o amor, el cuerpo tiende a expandirse. Abrimos los brazos y en ellos quisiéramos abarcar a toda la humanidad. Nos dilatamos, y las fronteras de la imagen corporal pierden nitidez.
Nosotrxs dilatamos y contraemos el modelo postural del cuerpo; le sacamos determinadas partes y le agregamos otras. Lo reconstruimos incesantemente; fundimos algunos detalles; creamos otros nuevos; y todo esto lo hacemos con nuestro cuerpo y con la expresión del cuerpo mismo. Continuamente experimentamos con él. Es una construcción y destrucción con las necesidades, afanes y energías de la personalidad total. En las fases del proceso de construcción y destrucción, sobresalen dos tendencias humanas principales: una de ellas es la tendencia a cristalizar unidades, a asegurar puntos de reposo, de carácter definido y con ausencia de toda transformación. La otra apunta hacia la obtención de un flujo continuo, de una mutación permanente. Concebimos pues, lo pasajero y lo estable como distintas fases de la construcción creadora.

La imagen corporal se halla rodeada de una esfera de sensibilidad particular. Esto vale aún en el sentido fisiológico, puesto que el olor del cuerpo va más allá del propio cuerpo. Desde un punto de vista psicológico, los alrededores del cuerpo son animados por éste. Todo cambio concreto en el modelo postural del cuerpo también modifica la zona circundante y la torna asimétrica. Sentimos estas zonas espacialmente cuando alguien trata de acercársenos. Sentimos, incluso, aun cuando diste de tocarnos. Esto pone nuevamente de relive el hecho de que la imagen del cuerpo es un fenómeno social.